Romanticismo y aventuras en la ruta del Elba
Súbete a la bicicleta e inicia un viaje en el que el majestuoso río Elba sea tu guía. Enfila hacia los valles de las majestuosas y místicas montañas de Krkonoše, continua por las extensas tierras bajas, pasa por ciudades medievales, por formaciones rocosas únicas y lugares envueltos en mitos y leyendas. En la ruta del Elba disfrutarás de un hermoso paisaje, historia y arquitectura, todo pedaleando desde Alemania hasta la República Checa para luego regresar. Aquí se inicia una inolvidable experiencia en bicicleta, en las montañas Krkonoše, lugar de nacimiento del Elba.
La ruta del Elba comienza en Alemania, donde se conoce como Elberadweg. Cuando decimos que es conocida, realmente queremos decir que es muy conocida, ya que nos referimos a uno de los caminos en bicicleta más populares de todo el país y más allá de sus fronteras. En la República Checa este camino se ha popularizado mucho entre las familias con niños. Seguir el perfil de elevación del río no es muy difícil: eso hace que los ciclistas que prefieren largas distancias o los principiantes lo aprecien tanto. Desde su fuente hasta su desembocadura en el Mar del Norte, la ruta del Elba mide más de mil kilómetros (620 millas) en la República Checa casi 400 Km (250 millas). Constituye una parte de la red europea de ciclo rutas o EuroVelo. Está dividida en interesantes secciones, con lo cual podrás elegir si hacerlo entero o sólo algunas partes. Ponte el casco y empieza a pedalear, te guiaremos por la parte checa de la ruta del Elba kilómetro a kilómetro.

Desde las montañas Krkonoše atravesando un safari hasta una fortaleza militar

Un buen lugar para empezar tu viaje a lo largo del Elba es ŠpindlerůvMlýn, que en invierno es una conocida estación de esquí y en verano el punto de partida preferido de senderistas y alpinistas. La ciudad se encuentra en el valle de Krkonoše bajo la zona de la fuente del río Elba. No podrás llegar a este lugar con la bicicleta, pero de Špindlerův Mlým puedes salir a Medvědín y de allí ir por la carretera alpestre hacia  Cabaña de Elba, donde puedes guardar tu bicicleta. El camino a la fuente de allí es menos de un cuarto de hora a pie.

Desde Špindlerův Mlýn podrás continuar por la carretera a Vrchlabí y desde allí seguir a Dvůr Králové, un lugar que apreciarán sobre todo los niños. El zoo de DvůrKrálovéque cuenta con un safari africano, es una de las atracciones turísticas más populares. Y cuando a la vuelta cuentes la historia, no olvides decir que has llegado en bicicleta hasta las jirafas, cebras, elefantes y leones. Los aficionados a la historia militar querrán continuar camino hasta Jaroměř, donde se eleva la fortaleza de Josefov que monta guardia sobre las fronteras checas ya desde finales del siglo XVIII. Antes de llegar pasarás por Kuks, un complejo barroco único formado por balnearios y un hospital.

Objetivo:  arquitectura, pan de jengibre y deporte

De Jaroměřla ruta del Elba continúa hasta Hradec Králové, donde podrás admirar la magnífica arquitectura municipal de artistas como Josef Gočár, uno de los más famosos arquitectos checos y una de las figuras más importantes del cubismo y el funcionalismo. Y de Hradec Králové, el sendero conduce directamente a Pardubice, una ciudad que no solo presume de su hermoso castillo sino también de otros puntos de interés fuera de lo común. Pardubice atrae tradicionalmente a gourmets y aficionados del deporte. Los primeros, por su famoso, y delicioso pan de jengibre, de dulce aroma. Los segundos, por la Velkápardubická, un espectáculo ecuestre que tuvo lugar por primera vez en 1874 y del que se dice es el salto de obstáculos más difícil de Europa continental. Tú también podrás participar en una carrera –puede que en bicicleta por la ruta que une Pardubice y Přelouč, o incluso más allá, hasta el lugar donde se escribió la historia más antigua de Chequia.

Viaje por mitos y leyendas

Uno de estos lugares es Brandýs nad Labem. En la época medieval la ciudad fue un importante nudo de tránsito, cuando por aquí pasaba una importante ruta que unía Praga con el norte de las tierras checas. Stará Boleslav, una parte de Brandýsnad Labem, es el lugar de peregrinación más antiguo en toda la República Checa. Aquí nació la leyenda sobre su patrón. Una mañana allá por el siglo X, el duque Venceslao de Bohemia se dirigía hacia la iglesia, que se erigía en la actual Stará Boleslav, cuando fue atacado por el séquito de su hermano Boleslav, ávido de poder. Así pues, una de las más antiguas leyendas checas termina con un trágico fratricidio. Más tarde, Venceslao fue canonizado y sus restos reposan hasta el día de hoy en la  Catedral de San Vito  en  el  Castillo de Praga. También verás el nombre del duque en la Plaza de Venceslao, en el centro de Praga, donde como buen patrón vigila el orden en la capital desde lomos de su caballo. Por cierto, Praga está a un tiro de piedra de la Ruta del Elba, a apenas 30 kilómetros de distancia de Brandýsnad Labem.

Pero no hay que olvidar que estamos recorriendo la Ruta del Elba, que ahora nos lleva a la histórica ciudad de Mělník. Situada en la confluencia de los ríos Elba y Moldava, esta ciudad solía incluirse entre la dote de las reinas checas y es cuna de una antigua tradición vinícola, que fundó aquí el rey Carlos IV con la viña traída de Borgoña y Champagne.

Cerca de Mělník se alza el monte Říp asociado a la leyenda de Brandýs, aún más antigua. Se dice que el patriarca Čech subió a la cima del monte porque deseaba contemplar los alrededores y comprobar si aquellas tierras eran lo bastante buenas como para que se asentara allí su pueblo. Después de un largo camino, dijo el patriarca a su gente que esa era la tierra que habían estado buscando, pues era fértil, segura y próspera. En agradecimiento, bautizaron su nuevo hogar con el nombre de Čechy, que significa tierra de Čech. Algunas fuentes dicen que todo esto sucedió en la mitad del siglo VII, pero otras afirman que la zona fue poblada ya en el siglo VI. La leyenda aún pervive en la rotonda románica, situada en la cima de Řípy que es una de las construcciones más antiguas de la República Checa.

Paseando por una historia que no debe olvidarse

Con un pequeño rodeo a Říp ya llegamos a Roudnicenad Labem y más allá a Litoměřice. Aquí puedes admirar por ejemplo la Mírovénáměstí (la Plaza de la Paz), donde sus extraordinarias casas góticas aún están habitadas. Pero cerca del Elba hay también un lugar donde se escribió uno de los capítulos más trágicos de la historia del siglo XX. Situada a sólo dos kilómetros de Litoměřice se halla la ciudad fortaleza de Terezín, que el Elba divide entre Fortaleza Grande y Pequeña. Una de ellas fue un gueto judío durante la Segunda Guerra Mundial y  la segunda sirvió como una cárcel de la Gestapo. Hoy, un monumento erigido en el lugar recuerda a las víctimas de las atrocidades de los nazis. Tanto el monumento como toda la fortaleza son patrimonio cultural nacional.

Desde Litoměřice, la ruta avanza lentamente hasta desembocar en su final en la República Checa. Pero antes pasarás por Ústí nad Labem y Děčín, donde un sendero esculpido en la roca te conducirá a un hermoso castillo se yergue sobre el río.

A partir del 1 de junio de 2016, una parte de la ruta de Děčín quedará cerrada –un desvío te llevará a lo largo de la orilla derecha del Elba y podrás regresar al camino por medio de un ferry.

¿Lo mejor para el final?

Es difícil decir cuál de los enclaves históricos o de los fenómenos naturales de la Ruta del Elba es el más hermoso. Todo depende de los gustos de cada ciclista. Pero es seguro que la última fase de la Ruta del Elba en la República Checa tiene algo que ofrecer a todo el mundo. El río fluye por el paisaje único en el mundo del Parque Nacional de Suiza Checa, compuesto por torres rocosas, puertas y cañones, ciudades rocosas y laberintos. La perla de la Suiza Checa es la Puerta Pravčická, un gran arco de arenisca que forma el mayor puente de piedra natural de Europa.

La última parada de la Ruta del Elba en la República Checa es Hřensko, la puerta de entrada al parque y que ofrece populares enclaves turísticos como el cañón del Elba o paseos en barco por profundos desfiladeros. Hřenskoes el pueblo más bajo de la República Checa, pero gracias a las temperaturas que esta enorme masa rocosa mantiene suaves incluso en verano, la fauna prospera en esta altitud como en ningún otro lugar del mundo. Así es fácil que, que aparte de ciclistas y otros visitantes, te topes con algunos científicos. Pero eso no es nada raro en los extraordinarios paisajes de la Suiza Checa.

A lo largo de la Ruta del Elba encontrarás muchos lugares para bañarte en refrescantes aguas en los sofocantes veranos de estos parajes. También podrás subirte a un mirador y dejar que tus ojos se recreen en el paisaje. Y pasarás por varias cervecerías regionales y familiares y por complejos deportivos. Y es que la Ruta del Elba es un lugar donde dejar atrás los problemas cotidianos y es aquí, más que tal vez en ningún otro lugar, donde se hace bueno el dicho de que, en la vida, la recompensa no está en la meta sino en el viaje mismo.

Sin embargo, la del Elba no es la única cicloruta de la República Checa. Muy populares son también la Ruta Verde Praga- Viena o el sendero Brno-Viena, sin olvidar los siempre clásicos senderos vinicolas de Moravia y la ruta ciclista del Moldava (EuroVelo 7), que acompaña desde Šumava, en el sur de Bohemia, hasta Mělník, donde el Moldava desemboca en el Elba. Cada vez más popular es también la cicloruta a lo largo del río Ohře (EuroVelo 4), que lleva desde su fuente por Cheb y Bohemia Occidental hasta Litoměřice, donde vuelve a encontrarse con el río Elba.

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