Todo lo que quisieras saber pero no te has atrevido a preguntar
“Trdelník” es un aromático manjar que se vende en quioscos y las tales “ventanas de hambre” por toda Chequia, especialmente en centros de ciudades, zonas turísticas y diferentes mercadillos. Se ve como un “pastel torpedo” hueco grande –masa crujiente horneada enrollada en un cilindro rotante.
“Trdelník” suele ser considerado un pastel antiguo checo o eslavo original, no obstante su receta tradicional proviene de otro lugar. “Trdelník” probablemente tiene su origen en Transilvania (hoy día Rumanía), donde se preparaba para eventos ceremoniales como bodas o antruejos. De allí se extendió a Hungría, a Eslovaquia y posteriormente también a Bohemia. En otros lugares también se preparan variantes similares de “trdelník”, por ejemplo en Luxemburgo, Suecia, Alemania y Austria.
El secreto de producción
En Chequia, “trdelník” se ha vuelto un manjar muy popular que se prepara enrollado en unos cilindros de madera llamados “trdlo” y se hornea en el calor del carbón de madera. En el proceso de horneado va girando y se le va untando leche hasta que se ponga dorado. La versión sencilla - la masa doradita con azúcar con vainilla o canela – ya no es suficiente en la actualidad. Así que puedes comprarlo con los siguientes rellenos: helado, chocolate, nueces, galletas, incluso ositos gominola, y el precio en ocasiones se aproxima al precio de una comida completa en un menú del mediodía.
“Trdelník” se ha convertido en una especie de fenómeno en las redes sociales. Puedes disfrutar de sus versiones en diferentes colores – rojo, rosa, marrón y hasta negro. También existen variantes saladas, con queso, carne desmenuzada o tocino, pero no podemos garantizar que te gusten…
En Chequia puedes comerte tu propio ataúd
“Trdelník” ya lo conoces. Vamos a darte otras ideas para saciar el deseo de comer dulces durante tu visita a la República Checa. Puedes estar seguro de que se trata de manjares auténticos checos. En el primer lugar están los bollos rellenos de adormidera, de requesón o de mermelada de ciruela. Se pueden comprar prácticamente en cualquier panadería. Así como en cualquier lugar puedes comprar una “Vánočka”, pastel tradicional muy popular especialmente durante el Adviento y la Navidad. ”Mazanec” es su equivalente para la Pascua.
Muchos restaurantes y cafés ofrecen “knedlíky” de fruta – bolas de harina con fruta de la temporada, mantequilla derretida y azúcar, en ocasiones con requesón rallado, semillas de adormidera molidas, pan rallado tostado o pan de miel rallado. Otro plato especial que suelen preparar en las montañas (Šumava, Krkonoše, Jeseníky y otros) es “knedlíky” leudado relleno de “arándanos negros” de los bosques locales. En la región de Valaquia preparan “knedlíky” de patata rellenos de ciruelas o pasteles redondos grandes llamados “frkály”. Es un extraordinario manjar típico de aquí que raras veces podrás probar en otro lugar. Las frituras de patata con mermelada y semillas de adormidera molidas también son excelentes, entre las opciones dietéticas debemos mencionar las “Orejas de Stramberk” y los tubitos de Hořice (se pueden comprar en cualquier tienda).
Si visitas algunas ciudades balneario, por ejemplo Karlovy Vary, Mariánské Lázně, Jáchymov o Luhačovice, no olvides probar las tradicionales obleas de balneario. Puedes comprarlas en cualquier supermercado o automercado por toda Chequia. Pueden servirte como un buen regalo para tus seres queridos y amigos.
Cuando visites una pastelería…
Hasta el día de hoy, algunas pastelerías y cafés ofrecen el postre tradicional checo que lleva el nombre “rakvička” (pequeño ataúd). ¡Sí, así mismo es! Es una delicia que se prepara con una masa tierna, en forma de ladrillo alargado, y se sirve con abundante capa de nata montada, blanca o de chocolate. Puedes untar los diferentes “rakvička” en esa nata, esta delicia es imposible de describir. Otros dulces clásicos de las pastelerías checas son pasteles de ponche, “indiánky” (indígenas, otro nombre genial) o el Pastel praguense – base redonda de masa leudada fina con una deliciosa crema.
Permítenos darte un consejo de amigos. Al pasear por el centro histórico de Praga o visitar una feria en cualquier otra ciudad en Chequia, debes saber que el “trdelník” no representa lo mejor de la gastronomía checa. Los checos amamos los dulces y sabemos preparar dulces tan deliciosos que recordarás después de haber regresado a tu país.
Una observación al final: No te extrañes cuando te sirvan “knedlíky” dulces como plato fuerte en el almuerzo. Es una parte integrante de la ADN checa.