El Parque Nacional de Podyjí se sitúa justo en la frontera con Austria donde continúa como Parque Nacional de Thayatal. Precisamente por culpa del «telón de acero» permaneció inaccesible durante largos años. Gracias a ello, la naturaleza se ha conservado para nuestras generaciones en su forma más pura. Aquí las aguas del río se mueven lentamente en curvas cerradas y meandros, acariciando en sus riberas rocas, viñedos, prados florecientes llenos de flores termófilas y huertas soleadas que huelen a fruta. En resumen, es una región que parece haber sido hecha ex profeso para paseos románticos.
Mariposas y orquídeas a cada paso
La abundancia de radiación solar, un clima moderado y el máximo nivel de protección de la naturaleza son motivos por los que prosperan tantas especies de plantas y animales en esta zona. Así durante sus excursiones, cuando recorra varios kilómetros de rutas turísticas señalizadas, podrás ver agitarse alas de mariposas insólitas en el brezal Fládnitzké vřesoviště, ver lagartos verdes en el brezal Havranické vřesoviště, conocer la vida nocturna de los murciélagos en las ruinas misteriosas de Nový Hrádek o descubrir la belleza de pulsatillas en flor, en los alrededores del arroyo Hájský potok. Si tiene suerte, verá pasar por encima de su cabeza al símbolo del parque nacional, la cigüeña negra.
¿Los mejores viñedos europeos? ¡Los valles del Rin, Ródano y Dyje!
El Parque Nacional de Podyjí ofrece a sus visitantes una amplia gama de oportunidades para descubrir toda su belleza. Puede pasar aquí días enteros paseando y deleitándose con la belleza de la naturaleza, recorrer uno de los numerosos senderos didácticos o subir al destino turístico preferido, la roca Vraní skála. Tampoco puede perderse una excursión al viñedo de Šobes, que se cuenta entre las diez mejores zonas vinícolas de Europa gracias a su ladera sur soleada y protegida del viento. En los meses de verano, puede llegar por una ruta ciclista señalizada y degustar el excelente vino blanco de esta zona.