Ocho metros de ancho. Así era el espacio que tenía a su disposición el arquitecto Bohuslav Fuchs cuando se dirigió a él en el año 1926 el propietario de un restaurante, Miroslav Kostelecký, con la petición de levantar un hotel en el lugar del antiguo mesón clasicista.
La parcela, originalmente medieval, tenía sin embargo una ventaja fundamental: el espacio no estaba en una calle principal, de manera que era posible avanzar más hacia su interior. El arquitecto propuso una solución que derivó en el hotel más estrecho de Europa, con unas dimensiones de 8x34 m. El hotel tiene ocho pisos, pero muchos de los niveles están inspirados en el modelo arquitectónico del famoso Le Corbusier. Los dos primeros pisos sirven como cafetería, el resto contiene cincuenta habitaciones. Gracias a esta solución arquitectónica tan original, el hotel se ha convertido en un símbolo local de la arquitectura de vanguardia. Fíjate en el célebre logo del hotel, que está en el frontal. Pasar la noche en el hotel o tomar café en él, actualmente, por desgracia, no puede ser. El edificio está cerrado temporalmente y espera ser reconstruido.