El templo barroco de San Miguel surgió después de la reforma de la original iglesia gótica que se llevó a cabo en la segunda mitad del siglo XVII, según proyecto de G. P. Tencally.
El edificio de una nave con capillas laterales ofrece una rica decoración de pinturas y esculturas, que hasta nuestros días son un documento vivo de la influencia barroca en los sentidos de los creyentes.