Pasteles moldeados en forma de orejas humanas se fabrican en Štramberk por la receta tradicional ya casi 800 años.
Según narra una leyenda, en el año 1241 llegaron a Štramberk invasores orientales salvajes. Iban destruyendo todo por doquier y les cortaban las orejas y las manos a los lugareños. La gente de Štramberk se salvó gracias a la fortificación que había construido rápidamente en la colina Kotouč. Lograron, además, romper por la noche el terraplén del estanque cercano y el agua inundó el campamento del enemigo.  Todos los tártaros murieron ahogados y en el campamento se quedaron solo varios sacos de orejas humanas que querían llevarse como botín. Para conmemorar esta gloriosa victoria, los lugareños organizan una gran peregrinación el día de Asunción de Nuestra Señora. Preparan unos pastelitos con harina, azúcar, miel y varios tipos de especies aromáticas – las tales Orejas de Štramberk. Su sabor se asemeja al de pan de miel. Se moldean después de hornear, se aderezan con distintos rellenos y espumas dulces para todo goloso, y lo más importante – esta tradición en Štramberk data ya de 800 años.  Es el más antiguo de todos los alimentos con denominación geográfica registrada.