Praga: Un happening infinito
¿Cuál es el imán más importante para los turistas?
Praga. Aquí pasa sus vacaciones una gran mayoría de turistas. Muchos de ellos ya han visto tanto el
Castillo de Praga como el
Puente de Carlos. ¿Hay algún motivo para volver? ¡Sí, lo hay! Está a tan solo un par de paradas de metro desde el centro de Praga. De momento te encontrarás en el barrio praguense de
Holešovice que lleva el nombre
Art District. Es un lugar muy variado, lleno de
galerías,
museos, teatros, cafés, restaurantes, clubs musicales, estudios creativos y
establecimientos culturales de carácter híbrido. Aquí tiene lugar un happening realmente infinito. La atmósfera en este lugar es muy similar a la del Kreuzberg en Berlín, es una maravillosa simbiosis de la escena cultural independiente con las instituciones oficiales. Aquí radica, por ejemplo, el
Centro del Arte Contemporáneo DOX y la
Galería Nacional y su
Palacio de las Ferias, en los cafés puedes pagar con bitcoins, en diversos establecimientos alternativos podrás disfrutar de danzas escénicas e improvisaciones musicales. ¡En Letenské sady (el parque de Letná) podrás beber una jarra de cerveza bien fría disfrutando de la vista a la
Ciudad Vieja de Praga!
Brno: La metrópoli de la arquitectura y gastronomía. Joven. Llena de vida. Con estilo.
En cuanto al desarrollo, la ciudad de
Brno está más adelantada que cualquier otra ciudad en la República Checa. La metrópoli
morava es sede de unas cuantas escuelas de educación superior checas que lideran la escala de las ciudades del mundo más populares entre los estudiantes. Aquí encontrarás restaurantes de calidad superior, bares de cocteles, pubs y bodegas de vino. ¿Y respecto a los cafés? ¡Los mejores
establecimientos “trendy” cuyos bartenders van ganando concursos mundiales no están en Praga sino en Brno! Esta ciudad morava se puede denominar también
la metrópoli de la arquitectura moderna. Es cierto que solo la
villa Tugendhat cuenta con la protección por parte de la UNESCO, no obstante los amantes de las bellas artes de la primera mitad del siglo XX no olvidarán visitar también la villa
Löw-Beer, la
Stiassni y la
de Jurkovich. Muy pocos lugares poseen esta cantidad de obras en el estilo de funcionalismo juntas.
Ostrava: Una belleza ruda, apenas descubierta
Hace 30 años, esta ciudad en Moravia del Norte llevaba el apodo
La Ostrava Negra. La concentración de industria pesada en el mismo corazón de la ciudad era un fenómeno que no tenía equivalente en la República Checa. Habrán cambiado muchas cosas desde ese tiempo, pero el carácter industrial de la ciudad se mantiene. Por ejemplo, el
área de Dolní Vítkovice es uno de los lugares de interés turístico fuera de Praga más visitados. Se trata del
área pública industrial más grande en la República Checa donde podrás conocer, durante una visita guiada, todo el proceso tecnológico de producción de hierro. ¡En este lugar había minas de carbón y a la vez se fundía hierro, tan solo a un kilómetro de la plaza central! Hoy se efectúan aquí conciertos durante el festival
Colours of Ostrava que cuenta con la participación de las personalidades más célebres de las escenas mundiales.
Kutná Hora: La imagen más auténtica de la Edad Media
La joya de las ciudades medievales checas,
Kutná Hora, se extiende a unos 70 km al este de Praga. En tiempos remotos era una ciudad orgullosa que abastecía la mitad de Europa con la plata extraída de sus minas. En la actualidad
cada piedra en este lugar hace recordar la edad media. Cabe lugar mencionar una de las perlas de esta ciudad: la
catedral de Santa Bárbara, que está inscrita en la lista del patrimonio de la UNESCO, también
la Corte Italiana o el
monasterio en Sedlec y el
Osario con su belleza gélida. Una vez te encuentres en Kutná Hora, no olvides visitar el
Museo checo de la plata. Durante la visita podrás bajar a la planta subterránea y visitar la mina medieval de plata.
Litomyšl: El mágico balneario espiritual
La República Checa tiene varias ciudades–balnearios que se han ganado popularidad en el mundo, pero una sola ciudad lleva el apodo El Balneario espiritual. Es la ciudad
Litomyšl en Bohemia del Este; una ciudad pequeña, llena de paz y tranquilidad, donde la belleza del
palacio de renacimiento y de las casas en la plaza hace combinación con
edificios modernos y
jardines reconstruidos. Aquí tu alma encontrará la calma. Si visitas Litomyšl en el verano, no olvides el festival de música clásica
Smetanova Litomyšl (Litomyšl de Smetana) que se efectúa en el patio del palacio. Bedřich Smetana, compositor checo, nació aquí en el año 1824. El palacio oculta otro misterio más —¡un
teatro barroco que sigue funcionando, con las vestimentas y los bastidores barrocos bien conservados!—
Olomouc: La metrópoli espiritual de Moravia
En el corazón de
Moravia se extiende la ciudad medieval
Olomouc, donde hay tantos monumentos sacros que te quedarás sorprendido. Según los datos de Lonely Planet, es
una de las ciudades más bellas y no expuestas al turismo. ¡Aquí hay tantas cosas interesantes por ver! Por ejemplo, la
Columna de la Peste de la Santísima Trinidad, que es un monumento de la UNESCO,
el Palacio Arzobispal,
el Museo de Arquidiócesis o la
catedral de San Wenceslao. La ciudad de Olomouc sirve desde la edad media como sede de arzobispos católicos y, gracias a su historia, posee los más preciosos monumentos de arte, de la época gótica, barroca, de renacimiento. ¡Ven a descubrir!
Karlovy Vary: Armonía benéfica para el cuerpo y el alma
Balneario. Fuentes calientes. Festival Internacional de Cine. Porcelana. Cristal. Todo esto se puede ver en
la ciudad-balneario Karlovy Vary, que en el pasado era frecuentada por reyes, emperadores y aristócratas europeos. Esta ciudad, además, se extiende en un valle entre los ríos Ohře y Teplá, en medio de bosques fabulosos. Al visitar la ciudad Karlovy Vary podrías explorar sus alrededores. Por ejemplo,
el castillo real Loket o
el palacio en Bečov nad Teplou, donde tienes la posibilidad de ver el segundo monumento histórico más famoso en la República Checa: el
relicario de San Mauro. Liberec: Ciudad rodeada de montañas
Para muchos checos la ciudad de
Liberec es sinónimo de la majestuosa
montaña Ještěd, en cuya cima se yergue el inolvidable
hotel con emisora. Liberec se extiende en medio de las montañas
Jizerské hory y Ještěd, que es el pico más alto de esta sierra. La emisora y el hotel fueron construidos en la cima de Ještěd en los años 60 del siglo XX. En aquel tiempo el deseo de la humanidad de viajar al universo estaba en su cima y el arquitecto de dicha obra, por lo tanto, se inspiró en
figuras cósmicas. Esta obra es algo absolutamente
único y su interior, por suerte, va recuperando con el tiempo el aspecto que tenía 50 años atrás. Liberec, sin embargo, es algo más que la montaña Ještěd. Gracias a las montañas que lo rodean, es un
excelente centro de deportes de invierno. Muy cerca de la ciudad se extienden las mejores
pistas para esquí de fondo en la República Checa.