Liberec es una ciudad que cuenta con una historia larga y gloriosa. Alcanzó su mayor auge en el siglo XVIII al convertirse en la ciudad fabril más grande del Reino Checo, siendo la segunda más importante después de Praga. Debido a su población mayoritariamente alemana y tras la firma del Acuerdo de Múnich en 1938, Liberec se transformó en metrópoli de los Sudetes. Hoy día es sobre todo una ciudad viva y un fantástico punto de partida para excursiones hacia la belleza natural de las montañas Jizerské hory y sus miradores. En invierno, se transforma en un centro deportivo por sus pistas de esquí alpino y decenas de kilómetros de pistas acondicionadas para practicar el esquí de fondo.
¿El ayuntamiento o la catedral?
En Liberec es difícil de decidirse qué hacer primero. La mayoría de los visitantes inicia su recorrido por la ciudad en la plaza principal. Aquí llamará la atención el majestuoso panorama de las torres esbeltas del ayuntamiento, cuyo aspecto recuerda más bien una catedral gótica. Su 'hermana mayor' y más famosa está en Viena.
Muy cerca de la plaza principal encuentras unas casitas de Wallenstein, preciosos edificios con entramado del siglo XVII, que perecen sacados del cuento de hadas.
La farola de Edison
Deambulando por la ciudad, no se te escapa la farola de Edison, ¿o una escultura? Su autor, artista plástico checo Jaroslav Róna, la proyectó en 2009 un poco antes de celebrar el 130 aniversario del descubrimiento de la bombilla. La escultura en forma de una gran bombilla alumbra la plaza de Dr. Edvard Beneš. Su aspecto recuerda mucho la lámpara cubista de Emil Králíček en Praga. Róna reconoce la inspiración en ella, sin embargo, no tiene nada que ver con el estilo arquitectónico cubista. El proyecto escultórico de bronce tiene forma muy sencilla y su bombilla luce de color naranja. Su ubicación en la plaza en un lugar un poco escondido pero frecuentado, despierta una imagen de galería al aire libre.
¡A la burbuja!
Tampoco deberías perderte los museos locales. En la Galería regional, además de obras maestras de pintores franceses, holandeses y flamencos, puedes admirar originales obras del impresionismo y cubismo checo. El museo más llamativo de Liberec es el ostentoso Museo de Bohemia del Norte, que reside en un precioso edificio neorrenacentista. Aparte de exposiciones dedicadas al la región y su historia, puedes ver una exhibición de cristal y joyas, incluyendo un singular juego de té cubista.
¿Te gustan las exposiciones más interactivas? En tal caso no te pierdas el Parque Coeficiente de Inteligencia, el IQ park. Prueba caminar por un cilindro giratorio o una sala inclinada, cree una impresión de luz de su cuerpo o métete en una burbuja de jabón gigantesca. ¡Te aseguramos que te divertirás!
Los tigres blancos se pueden ver sólo aquí
Si te sientes atraído por la naturaleza, ¿qué te parecería pasear entre los tigres blancos? El jardín zoológico de Liberec es el único en la República Checa que cría este tipo de animales. Tampoco faltan otras especies como elefantes, pumas, chimpancés o aves rapaces cuyas poblaciones se consideran las más grandes en los parques zoológicos de Europa.
Muy cerca de allí, en el Jardín Botánico, puedes admirar las bellas orquídeas.
Liberec a vista de pájaro
¿Te gustaría ver la ciudad desde altura? Basta con subir al pico Ještěd, la famosa emisora de televisión, obra del arquitecto Karel Hubáček. El arquitecto obtuvo por esta obra al 'Oscar arquitectónico', el Premio Perret. A la cima de Liberec puedes llegar en cualquier época del año: ya sea en invierno para practicar el esquí de fondo o alpino, o en verano para emprender una buena caminata.
Para concluir la visita...
¿Por qué no disfrutar de momentos de relajación placentera y mimos en el centro Babylon? Es uno de los mayores complejos de entretenimiento de la República Checa donde puedes descansar en una sauna africana, relajarte durante los masajes etéricos o gozar de una envoltura de fango marino. Si te gusta el agua, aquí le esperan varias piscinas con atracciones acuáticas de lo más divertidas.