En esquís de fondo sobre las huellas de los famosos nativos y los héroes anónimos
Los habitantes de las montañas Orlické hory están debidamente orgullosos de sus nativos. En ellos queda patente la prueba de que el éxito depende del talento y de la dedicación y no del lugar en el que naces. Si vas a las hermosas pistas de esquí de fondo que hay en las montañas Orlické hory, piensa que en cualquier momento te cruzarás con los caminos por los que pasaron dos famosos habitantes de este lugar. No va a ser posible encontrarte con ellos, ya que nacieron hace más de cien años. Pero sin duda fueron por esos mismos caminos. El primero, František Kupka, se fue a las montañas desde Dobruška. Se hizo guarnicionero, pero se sentía atraido por la pintura. Los bosques, las colinas, los valles, las cañadas de estas montañas fueron para él su primera inspiración. Por aquí caminaba en verano y vadeaba la nieve en invierno. Sus primeras pinturas sorprenden, son obras religiosas y pudorosas, con el espíritu de la poesía clásica. Nadie pensaría que este autor se convertiría en el principal representante de la pintura abstracta con presencia en las galerías y las colecciones más prestigiosas del mundo. El segundo joven, Ondřej Moravec, llegó a las montañas desde la parte opuesta, desde Letohrad. Al principio estaba allí como cualquiera de nosotros en invierno, para hacer esquí de fondo, más tarde se llevó tambien la escopeta. De ahí nacieron tres medallas olímpicas de biatlón en los juegos de inverno de Sochi. Quizá tengas estas historias en la cabeza cuando pases por alguna de las muchas pistas de esquí de fondo que hay en Orlické Hory: Son 250 kilómetros de trazado cuidadosamente conservado. Estas pistas de esquí son parecidas al Dorado y están por descubrir. Es muy probable que cortes la nieve crujiente en solitario durante muchas horas, lo cual hoy en día en nuestro país es una rareza y un lujo. Además en ningún otro lugar podrás llevar a cabo excursiones entre fortalezas y búnkers de la antigia línea de defensa de las fortalezas fronterizas checoslovacas. Son lugares de una gran fuerza emocional. No se puede pasar por allí sin que algo se te mueva en tu interior. Además tienen nombres tan frágiles como por ejemplo Hanička. En tus paseos te encontrarás tambien con monumentos religiosos, miradores y cabañas de montaña, casas encantadoras y calmados pueblos. Te rodearán bosques y asombrosas llanuras. No te pierdas los treinta kilómetros de la ruta por cresta de la montaña Jiráskova hřebenovka. No sabrás si tienes que mirar antes a las cuencas checas o a la región polaca de Klodzko. En la cima Šerlich debes detenerte en el monumental albergue de la cabaña Masaryk, donde se duerme y se come muy bien. Si eres un amante de los retos, ve a la pista, perfectamente restaurada, en la cumbre más alta de las montañas Orlické, a 1115 metros sobre el niver del mar se alza Velká Deštná. Pasarás también por la selva Bukačka, te detendrás a tomar algo en la histórica cabaña de Kramář.
Un increíble espectáculo con ladridos de perros
Las montañas Orlické hory son el escenario de un espectáculo realmente increíble para los aficionados al mushing. La carrera por etapas de cuatro días de duración, llamada Šediváčkův long es la más larga y la más difícil carrera de musher de Europa Central. Lleva ya ocho temporadas y su prestigio mundial sigue aumentando. Tal y como estamos acostumbrados en Chequia, a todo se le une una historia. La historia del nombre de la carrera es de las más interesantes. Cuando en 1997 comenzó la carrera, un perro se escapó durante el campeonato, era un husky siberiano llamado Šedivák. Su huida terminó trágicamente. Alguien de un pueblo lejano le disparó. Desde entonces la carrera lleva el nombre de la única víctima que ha tenido esta carrera. Por supuesto hay peligro de que salgas de Šediváčkov long con un indominable deseo de intentarlo también. Por suerte hay ayuda cercana. Concretamente en el municipio de Doudleby nad Orlicí, los expertos mushers del equipo Alaska husky Orlice te ofrecerán transporte en trineo y tú puedes elegir cuánta distancia quieres recorrer o si la quieres hacer de día o de noche.
Říčky y Deštné, lugares amados por los esquiadores
La estación de Říčky v Orlických horách es una de las áreas deportivas más famosas de la zona. Se debe a las escabrosidades del terreno y a su centro de servicios de calidad. Puedes descender por cuatro pistas, incluido el slalom de la pista negra, subirás la pendiente en telesillas de cuatro plazas y en dos remontes, tendrás a tu disposición un snowpark, una estación de servicio, tienda de alquiler y autoservicio. Simplemente no te fíes de lo que digan: el monte por cuyas pendientes vas a bajar se llama Maldito (en checo Zakletý). Pero si vas a disfrutar del esquí sin barreras, posiblemente lo liberarás de esa madición. En Deštné bajarás por la falda del monte Studený, tendrás para elegir entre cinco pistas de descenso, 6 remontes, y un telesilla, también podrás ir a hacer snowboard al snowpark; y el centro de servicios también es estupendo. Lo mejor para aquellos que tengan corazón acrobático, es el Fun park Gravity con 15 obstáculos, incluidos cuatro saltos. Y si estás al final de la temporada, debes saber que Rampušák, el gobernador de las montañas Orlické, se despide de su amado invierno, y tú podrás estar ahí y verlo también. Simplemente intenta descender por estas montañas y te sorprenderás de lo maravilloso que es. Por supuesto el esquí no es todo. Sin él no tienes por qué aburrirte. Precisamente en Deštná debes acudir al interesantísimo Museo de los deportes de invierno, el turismo y la artesanía. Descubrirás muchas cosas sobre la vida y sobre todo sobre el trabajo de los montañeses, sobre la industria del vidrio, el lavado de la ropa y por supuesto también sobre la fabricación de los esquís y sobre qué aspecto tenían en el pasado, las raquetas de nieve o los trineos. Cerca del museo encontrarás los talleres del campanero y él de la alfarera y una galería de productos a la venta. Piensa antes de contestar: ¿cuántos campaneros trabajando has visto? Y si te entra hambre, no tengas miedo, la famosa panandería Reznerovo pekařství tiene no solamente un siglo de tradición, sino especialmente unos aromáticos y crujientes productos.
Sugerencias culturales
En Chequia hay un sin fin de museos, pero uno de ellos es realmente único y sobre todo, está nuevamente abierto después de las reformas. Hablamos del Museo de encaje y del encaje de bolillos, que obviamente se encuentra en la capital del encaje y las puntillas, en Vamberk. En esta gran exposición conocerás la evolución del encaje checo desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Conocerás muchos tipos de técnica y sobre todo te sorprenderás con la filigrana y su frágil hermosura. También se pueden ver las colecciones que representaron a la encajería checa en las exposiciones universales EXPO Bruselas 1958 y EXPO Montreal 1967.
Muy amplio, variado y lleno de objetos de exposición es el Museo de artesanía de Letohrad. El área monumental protegida Nový dvůr ofrece una exposición de unos increíbles 1700 metros cuadrados. Aquí encontrarás cincuenta exposiciones íntegras de artesanías y trabajos autónomos. Muchas artesanías las conoces ya, pero igualmente su historia sorprende. Tambén están representadas algunas artesanías de las que sabemos muy poco: el artesano que repujaba los metales, el barrilero, él que hacía las tablillas de madera para los tejados, el que hacía carrozas. Y sumando a esto, un aula de colegio de 100 años de antigüedad, un aserradero con tres sierras útiles, talleres mecánicos, casas museo con muñecos articulados y el equipamiento de una taberna de pueblo e incluso una consulta de estomatología y otra de ginecología.
Si Vamberk es la capital del encaje, el municipio de Třebechovice pod Orebem es la metrópoli de los belenes. No hay más museos de los belenes en toda Europa. Este museo lleva mucho tiempo ocupándose de la reconstrucción de belenes mecánicos y estáticos. Además de los belenes, en el museo podrás ver coleciones locales, entre las que destaca el singular Manual literario, iluminado y escrito a mano, de mediados del siglo XVI. Entre los belenes está el belén mecánico de Probošt, de más de 100 años de antigüedad, en único belén en nuestro país declarado monumento cultural nacional. Contiene más de 2000 piezas talladas en madera.