Las montañas checas son el lugar idóneo para pasar sus vacaciones de invierno, ya sea con esquís alpinos, snowboard o esquís de fondo. Pero la diversión no es exclusivamente el esquí, ¡ni mucho menos! Deje un rato sus esquís en un rincón y disfrute de otras actividades que le ofrecen las montañas checas. Aunque pasen los años, seguirá sonriendo al ver sus fotos del parapente, de la pista de bobsleigh y del patinaje en la pista más larga del mundo, y recordará que las montañas checas ofrecen un montón de animados pasatiempos invernales.

La sierra checa más alta, Krkonoše, no solo ofrece las pistas más largas, estaciones de esquí de máxima calidad o vistas fantásticas de los valles glaciares, sino también numerosos lugares donde tendrá que sujetar bien su gorro. ¿Qué le parece probar en Špindlerův Mlýn un descenso de 4 kilómetros en trineo o lanzarse por una de las mejores pistas de bobsleigh de Europa? ¡Un poco de adrenalina en invierno nunca le podría hacer daño!

De los patines directamente al árbol

Aunque las montañas de Šumava son un verdadero oasis de la calma y la belleza, gracias a la armonía que presenta aquí la naturaleza, ¡nunca se aburrirá! Cuando vengan las heladas, póngase los patines y ¡recorra la pista de patinaje más larga del mundo! Mide en total 11 kilómetros y la encontrará en la superficie del mayor embalse checo, Lipno. Cerca, puede pasear por las copas de los árboles. ¿No lo cree? Basta con subir al monte de Kramolín y recorrer el Sendero por las copas de los árboles e ir al mirador de unos 40 metros de altitud desde donde se pueden apreciar unas vistas impresionantes, incluso a las cimas de los Alpes cuando hay buena visibilidad. El sendero pasa por lugares de hasta 24 metros de una altura, tiene varias paradas sorprendentes, contando en su recta final con el tobogán seco más largo de la República Checa, el cual le estará esperando para cerrar el descenso con broche de oro.

Con el ladrido de los perros y el viento en las espaldas

¿Necesitaría calentarse después de tan intensa actividad? ¿Qué le parecería probar el vapor romano o el prado solar en el centro Babylon de Liberec en el mismo corazón de las montañas Jizerské hory? ¿O simplemente busca esa extraña sensación que experimentaban antaño los buscadores de oro o los cazadores polares cuando corrían por las planicies nevadas en trineos tirados por perros? Puede probarlo en las planicies de los alrededores de Horní Maxov. ¿Le gustaría volar por el paisaje invernal aun más rápido? Pues, esta posibilidad sí que la tendrá en las montañas Krušné hory. Concretamente en Boží Dar puede probar el snowkiting. Basta con volar su cometa por el aire y después disfrutar de un fantástico recorrido por las colinas circundantes.