Al suroeste de Praga, sobre la colina de Skalka, se halla un lugar de peregrinaje con la pequeña Iglesia de Santa María Magdalena. Se puede subir a la colina de Skalka desde Mníšek pod Brdy a través de una renovada ruta educativa con capillas del año 1672. Desde la pequeña iglesia hay unas excelentes vistas de la ciudad de Mníšek pod Brdy y sus alrededores.
A finales del siglo XVII surgió sobre una rocosa colina cerca de Mníšek pod Brdy, no muy lejos del majestuoso Castillo de Karlštejn, un complejo de edificios que más tarde pasó a llamarse Skalka. La primera construcción barroca fue la pequeña Iglesia de Santa María Magdalena, construida a finales del siglo XVII por uno de los mejores arquitectos del Barroco: Christoph Dientzenhofer. El resto de edificios se construyeron más tarde. Como por ejemplo, el monasterio situado no muy lejos de la pequeña iglesia o la ermita de la cumbre de la Skalka. Ambos edificios fueron encargados para los monjes benedictinos.
Los interiores de la Iglesia de Santa María Magdalena debían simular una cueva, de las paredes y el techo colgaban estalactitas y el suelo era de guijarros del cercano río Berounka. Lamentablemente, hoy en día solo se han conservado unas pocas evidencias del interior original.
La iglesia y toda la zona sufrieron un desconsiderado socavamiento de la Skalka durante los años cincuenta del siglo XX. A medida que avanzaba la extracción de mineral de hierro dentro de las paredes de la iglesia y otros edificios, comenzaron a aparecer grietas y depresiones en el terreno circundante. Por suerte, algunas obras de arte fueron preservadas, por ejemplo, una valiosa pintura del techo de Santa María Magdalena realizada por pintor checo barroco Petr Brandl, fue restaurada y trasladada a una iglesia cercana. Actualmente, puedes visitar la iglesia durante la temporada de verano, cuando realizan exposiciones.
Los interiores de la Iglesia de Santa María Magdalena debían simular una cueva, de las paredes y el techo colgaban estalactitas y el suelo era de guijarros del cercano río Berounka. Lamentablemente, hoy en día solo se han conservado unas pocas evidencias del interior original.
La iglesia y toda la zona sufrieron un desconsiderado socavamiento de la Skalka durante los años cincuenta del siglo XX. A medida que avanzaba la extracción de mineral de hierro dentro de las paredes de la iglesia y otros edificios, comenzaron a aparecer grietas y depresiones en el terreno circundante. Por suerte, algunas obras de arte fueron preservadas, por ejemplo, una valiosa pintura del techo de Santa María Magdalena realizada por pintor checo barroco Petr Brandl, fue restaurada y trasladada a una iglesia cercana. Actualmente, puedes visitar la iglesia durante la temporada de verano, cuando realizan exposiciones.