El castillo de Kost se halla en un mágico paisaje de bosques y rocas de arenisca al que con merecido motivo se denomina paraíso checo.

El castillo está situado en un promontorio, encima de estanques cuyas presas se soltaron y le convirtieron en una fortaleza de agua. Su nombre lo debe a que sus paredes son duras como un hueso, y ni siquiera el jefe del ejército husita, Jan Žižka, pudo conquistar este castillo. Durante el recorrido, aprenderá sobre los propietarios, la familia Kinsky, o conocerá la sala de tortura medieval. Por los misterios del castillo le guiará el verdugo Herman y el conde Octaviano.