Los cocineros checos se dividen en dos grupos: el primero detesta el queso frito como „la vergüenza gastronómica” y se niega incluirlo en su carta y el otro lo ofrece en su restaurante y celebra con él el éxito desde hace varias décadas. Los checos, los niños y los adultos, lo adoran y a menudo piden en los restaurantes. Si se elabora de queso de buena calidad, es una delicia de la que ya sa había enamorado muchos turistas extranjeros.
El queso rebozado
Ingredientes:
4 lonchas de queso Eidam, Gouda o parecido de 1 cm de grosor o 4 piezas de queso de tipo de Camembert
1 huevo
1 – 2 cucharas de harina
Pan rallado para rebozar
Un poco de leche
Aceite para freír
Sal
1. Mezclamos el huevo con harina y con leche. Sumergimos las lonchas de queso en la mezcla y luego rebozamos con pan rallado. Apretamos un poco el rebozado para que no se desprenda del queso. El proceso repetimos. Freimos en una buena capa de aceite y servimos inmediatamente.
2. El mejor acompañante son las patatas cocidas con un poco de salsa tártara („tatarská omáčka”) que también puede sustituirse por mayonesa y con ensalada.
Un truco: Para que el queso no se deshaga durante la fritura, se pone en el congelador de un día para otro. El queso se fríe sin descongelar.