Los 7 fascinantes descubrimientos de la ciencia checa
Durante los pasados 100 años, la ciencia checa le ha dado al mundo una enorme cantidad de conocimientos. Logró éxitos especialmente en especialidades técnicas y ciencias naturales —y quizás te sorprenderá saber cuáles de los descubrimientos e invenciones tienen sus raíces en Chequia—. Los científicos de Bohemia, Moravia y Silesia participaron en numerosos estudios y proyectos en el mundo entero. Gracias a los científicos checos existen lentes de contacto, vasos sanguíneos artificiales y también se ha logrado eliminar la viruela.

Nanofibras

En el año 2003, el mundo entero recibió un mensaje sensacional: en la Universidad Técnica en Liberec descubrieron el procedimiento tecnológico de la producción industrial de nanofibras de polímero y, en colaboración con la empresa de Liberec Elmarco, también la singular tecnología para su fabricación: nanospider. El profesor Oldřich Jirsák (*1947) era gerente del equipo de investigación de la universidad. Las fibras, que son visibles solo bajo microscopio y son mil veces más delgadas que un cabello, se utilizan, por ejemplo, en la medicina (material para vasos sanguíneos artificiales, para el tratamiento de quemaduras o para fabricar mascarillas. Es que a través del material de nanofibras no pasan bacterias ni virus algunos, sin embargo, las moléculas de oxígeno sí, y con facilidad). Las nanofibras que, según el criterio de los especialistas, representan el material del tercer milenio, se aplican también en la industria de aviación, automotriz y producción de vestimentas. En el centro de ciencia de Liberec iQpark o Gran Mundo de la Técnica de Ostrava puedes crear una muestra de nanofibra.

Grupos de sangre

Jan Janský (1873–1921) era un eminente neurólogo y psiquiatra checo, profesor de la Universidad Carolina en Praga. En el año 1906 se hizo mundialmente famoso gracias a su descubrimiento según el cual puede clasificarse la sangre humana, según determinadas diferencias en las propiedades de los glóbulos, en cuatro grupos básicos identificados con las cifras romanas I, II, III y IV. En la misma época, el biólogo y patólogo vienés Karl Landsteiner (1868 –1943) descubrió algo similar: en el año 1900 describió tres grupos de sangre. El mundo da la prioridad a Janský; no obstante, fue Landsteiner quién fue galardonado con el premio Nobel en el año 1930. Se utiliza también la clasificación según Landsteiner A, B, AB y 0. Sea como sea, el país checo no pierde nada: la madre de Landstainer era oriunda de Prostějov.

Polarografía

En el año 1924, el químico-físico Jaroslav Heyrovský (1890–1967), junto con su estudiante japonés Masuzo Shikata, construyeron un equipo que registra la curva de corriente: tensión durante la electrólisis de la muestra utilizando un electrodo de gota. La polarografía permite obtener información sobre el tipo y la cantidad de sustancias contenidas en una solución, por ejemplo, medir el contenido de oxígeno en la atmósfera, dióxido de azufre en los gases de humo o metales tóxicos en el agua. Hoy día, cada laboratorio químico cuenta con polarógrafos informáticos, también se utilizan en la biología, farmacia o bioquímica. El profesor Heyrovský fue galardonado en 1959 con el Premio Nobel por la química, siendo el primer checo que obtuvo este premio por su invención. Tuvo que esperar mucho tiempo para obtenerlo, sin embargo, fue nominado dieciocho veces en total. Mientras tanto, el método pasó por una serie de innovaciones técnicas y modernizaciones y se puede observar también en la exposición que nos muestra la historia de la Universidad Carolina en Praga.
 

Eliminación de la viruela

El fundador de la escuela moderna checoslovaca de epidemiología, Karel Raška (1909–1987), fue profesor de higiene que en el año 1963 pasó a ser director de la sección de enfermedades contagiosas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra. Elaboró el método de vigilancia epidemiológica que hoy día constituye la base de la protección contra epidemias. Tiene grandes méritos en la eliminación total de la viruela en el mundo entero. En su patria, sin embargo, Raška chocó con el régimen comunista: en el año 1970 fue destituido de la dirección del Instituto de Epidemiología y Microbiología, tuvo que abandonar su cargo y las autoridades incluso le negaron la pensión.

Lentes de contacto y nylon

Las más antiguas menciones documentadas sobre la intención de solucionar defectos de la vista mediante un lente, datan del período aproximadamente quinientos años atrás. En la era del profesor Otto Wichterle (1913–1998), el fundador de química macromolecular, los lentes ya existían, pero se fabricaban de vidrio y de plásticos duros, no flexibles. El científico e inventor checo, que trabajó especialmente en el sector de química orgánica macromolecular, se dedicaba a la síntesis de geles hidrófilos, con el propósito de encontrar un material adecuado para implantes oftálmicos. El Ministerio de Salud suspendió sus investigaciones y por eso Wichterle comenzó a dedicarse en su casa al procesamiento del gel y allí construyó el primer aparato para fabricar lentes de contacto de gel. Hoy día, la famosa “máquina de lentes” se puede ver en el Museo Técnico Nacional en Praga; la exploración realizada por el profesor Wichterle se puede ver aquí en una exposición especial.

El régimen comunista falló también con este profesor. Vendió la patente, sin el consentimiento del profesor, a América por una fracción de su precio. Checoslovaquia, de este modo, perdió más o menos mil millones de dólares. Uno de los científicos checos más destacados recibió su merecido galardón hasta después de noviembre de 1989, cuando fue elegido a Presidente de la Academia de Ciencias de Checoslovaquia. De sus otras 150 invenciones la más famosa es especialmente el nylon: hilo sintético de poliamida.

Vasos sanguíneos artificiales

Tubitos delgados flexibles, o sea, vasos sanguíneos artificiales impregnados en colágeno, hoy día representan algo muy esencial en la medicina, sin embargo, en su momento llegaron a transformar la cirugía vascular. Los inventó un equipo de científicos y médicos encabezados por el cirujano Milan Krajíček (1933–2016). Se dedicaba a la investigación y desarrollo de prótesis vasculares y es titular de toda una serie de prioridades y patentes en este sector. La Universidad Técnica en Liberec se dedica al desarrollo de vasos sanguíneos artificiales.

Antivirales: medicamentos para el mundo entero

Uno de los científicos checos más eminentes es el profesor Antonín Holý (1936–2012).  El químico y naturalista supo llevar la investigación a la fase de realización práctica y, junto con su equipo de colaboradores, inventó medicamentos contra una serie de enfermedades virales, tales como, por ejemplo, la viruela, herpes zoster, inflamación viral de la mucosa ocular y la hepatitis viral tipo B. En colaboración con la empresa farmacéutica americana Gilead Sciences, se ha logrado convertir con éxito en forma de medicamento los preparados que se utilizan en el tratamiento de la enfermedad  VIH/SIDA. La empresa Gilead Sciences le paga al Instituto de Química Orgánica y Bioquímica aproximadamente dos mil millones de coronas al año por las tarifas de licencia y patentes.