Los jardines sin flores también pueden tener mucho encanto… ¡cuando están repletos de viñedos!
¡Haz que tu estancia en Praga sea una pizca más colorida! Tus vacaciones se verán más de color de rosa con el vino. Haz una excursión (de un solo día y con total tranquilidad) a alguno de los muchos lugares encantadores que tienen una tradición vitivinícola centenaria, y déjate llevar por la mágica atmósfera de las laderas cubiertas de viñedos. O vete directamente en busca del néctar de los dioses y los viñedos que hay en la principal metrópolis checa. ¡No en vano durante el Renacimiento, Praga era conocida como la «ciudad del vino»!