La mayor parte de la ruta recorre el valle del río Jihlava y, aparte de unos pocos ascensos, es transitable cómodamente. Si a pesar de ello se le acaban las fuerzas, en muchos lugares puede cambiar la bici por el tren. A saber, la ruta sigue el recorrido de una vía ferroviaria, por lo cual es apropiada tanto para ciclistas adultos, como para familias con niños.
A la torre y al zoo
Puede empezar su gran aventura ciclista en Jihlava, la ciudad más grande de la Vysočina, que se enorgullece de su glorioso pasado medieval cuando se explotaba aquí la plata. En el museo local puede ver qué aspecto tuvo la ciudad entonces y lo difícil que era la explotación de ese metal precioso. No se pierda un paseo por el casco antiguo bordeado por bonitas casas burguesas, también puede subir a la torre de la iglesia de Santiago el Mayor o a la puerta de Nuestra Señora, símbolo de la ciudad. Para pasar una tarde excelente también puede visitar el zoo local, habitado por muchos animales exóticos.
Uno de los tesoros checos de la UNESCO
La ruta ciclista le llevará por un paisaje accidentado a lo largo del río Jihlava a través de la ciudades de Luka nad Jihlavou y Přibyslavice hasta Třebíč. En Třebíč, seguramente merece la pena bajar de la bicicleta. La ciudad destaca por un barrio judío perfectamente conservado, con una preciosa basílica de San Procopio, que fue inscrito en la prestigiosa lista de la UNESCO como la primera localidad judía fuera del territorio de Israel.
Visitando palacios maravillosos hasta cruzar las fronteras
¿Le gustan ostentosas residencias aristocráticas rodeadas de jardines hermosos? En este caso, visite el palacio de Jaroměřice nad Rokytnou, que es otra de las paradas en nuestra ruta. El palacio local es una de las construcciones barrocas más grandes de Europa. En su parque puede relajarse agradablemente a la sombra de árboles crecidos, envueltos en el aroma de macizos florecientes. Si le gusta el vino, puede degustarlo en la vinoteca local. En el trayecto le esperan aún más palacios hermosos, en concreto en Moravské Budějovice y Jemnice. En el último tramo de la ruta cruzará la frontera de la República Checa hasta llegar a la ciudad austríaca de Raabs an der Thaya, vigilada por un hermoso castillo medieval.