La plaza de Telč con los altos hastiales en los edificios multicolores, los soportales con pequeños comercios y cafés donde te puedes sentar sin que nadie te moleste y observar a los traseúntes, es un auténtico bálsamo para el alma.
La ciudad que originariamente fue construida como una fortaleza rodeada por un foso, oculta el carácter competitivo de sus habitantes. Estos últimos han sabido mantener el aspecto de la ciudad, reflejando su riqueza y su posición social en el tamaño de los hastiales de sus casas. Gracias a ello cada casa es literalmente más hermosa que la casa vecina.
Tu mismo puedes juzgar cuál de las casas es la más guapa. El monumental edificio no.15 del Ayuntamiento con su fachada preciosamente decorada te llamará la atención o ¿quizás prefieras la casa no. 61 con esgrafiados que representan a 11 jefes de los ejércitos del Antiguo Testamento? Cada casa tiene su propia historia. Escucha también las canciones que canta el agua de las fuentes y levanta la vista para admirar la magistralmente decorada Columna Mariana. Cruza la plaza de un extremo al otro y saborea el ambiente del lugar que sólo verás en cuentos de hadas.
Tu mismo puedes juzgar cuál de las casas es la más guapa. El monumental edificio no.15 del Ayuntamiento con su fachada preciosamente decorada te llamará la atención o ¿quizás prefieras la casa no. 61 con esgrafiados que representan a 11 jefes de los ejércitos del Antiguo Testamento? Cada casa tiene su propia historia. Escucha también las canciones que canta el agua de las fuentes y levanta la vista para admirar la magistralmente decorada Columna Mariana. Cruza la plaza de un extremo al otro y saborea el ambiente del lugar que sólo verás en cuentos de hadas.