En el año 1958, en Bruselas tuvo lugar la primera Exposición Mundial tras la Segunda Guerra Mundial. En esas “olimpiadas culturales” ganó Checoslovaquia y, además, por todo lo alto ya que ganó el premio de la Estrella de oro junto con otros trece galardones. El moderno, minimalista y elegante pabellón checoslovaco impresionó con su interior y exterior. Y a día de hoy, lo podrás ver en Praga.
En Bruselas Atomium, en Praga pabellón
Tras el gran éxito de todo el recinto checoslovaco de la Expo 58 en Bruselas, el pabellón se trasladó a Praga y fue reconstruido en el parque de Letná, donde domina sobre el valle del Moldava, en el mismo corazón de la capital. En sus primeros años, en su interior albergaba un restaurante con unas espectaculares vistas al Moldava (Vltava), a la Ciudad Vieja y a la Ciudad Nueva. Más tarde se quedó vacío y actualmente sirve de residencia de una agencia de publicidad. No está abierto al público pero podrás disfrutar de su exterior y las vistas que proporciona.Igual que en Bruselas, la primera Exposición mundial de postguerra recuerda el famoso Atomium, la República Checa conmemora el éxito mundial de Checoslovaquia en la Expo 58 precisamente en este pabellón ubicado en el parque de Letná.
Puedes aprovechar el paseo hasta el pabellón para visitar el Castillo de Praga y después, simplemente atravesar Letná hasta el moderno barrio de Holešovice. O subir desde la Ciudad Nueva y aprovechar el paseo para visitar la impresionante Casa Municipal (Obecní dům).