Son muchas las leyendas que cuentan los orígenes del reloj astronómico de Praga. Pero la más aceptada sigue siendo aquella que dice que fue construido por el maestro Hanuš en 1410. Los concejales de entonces estuvieron tan entusiasmados por el reloj astronómico que más tarde empezaron a temer que el maestro Hanuš construyera una copia del mismo en otra metrópoli europea. Una noche oscura lo mandaron cegar, con lo cual Praga es la única ciudad que se enorgulleció y se sigue enorgulleciendo de su reloj astronómico. Ya sea la leyenda verdadera o falsa, lo cierto es que cada vez que el reloj marca una hora en punto, 12 apóstoles se inclinan en dos ventanillas, debajo de un alero, reanimando al mismo tiempo las figuras ubicadas a ambos lados. Verás a la Muerte repicando una campana, al Turco negando con la cabeza, al Tacaño sujetando un bolso de dinero y un Vanidoso mirándose en un espejo. Todo el espectáculo concluye con el cantar de un gallo de oro y el repique de una robusta campana, en lo alto de la torre. También se dice que con el primer cantar del gallo por la mañana, los espíritus y diablos huyen de Praga.
Un lugar que brilla de historia
Si dejas volar tu imaginación, verás en la esfera del reloj qué día es y su posición en la semana, el mes y el año. El reloj astronómico muestra a la vez la hora centroeuropea, de Babilonia y la estelar, ¡siendo el último reloj construido en el mundo capaz de hacerlo! También ayuda a determinar la posición de los cuerpos celestes. A parte, en la tabla del calendario puedes averiguar, mirando las pinturas de Josef Mánes, qué signo del zodíaco está imperando y durante la temporada de verano no te pierdas las proyecciones del videomapping durante las cuales el reloj astronómico te dará a conocer los acontecimientos más importantes de la historia checa. ¡Es un show que no podrás olvidar!