Los orígenes de esta tradición son diversos, pero la leyenda más famosa es que el rey Matías I de Hungría huyó del rey Jiří z Poděbrad de Bohemia con su séquito; por el camino se puso un vestido de chica, se cubrió la cara con una cinta y se llevó una rosa a la boca para no ser reconocido. Una rosa en la boca.
El rey actual es interpretado por un chico joven, también con una rosa en la boca y un lazo alrededor de la cabeza. Entra en el pueblo montado en un caballo blanco, mientras los "asistentes" bailan y atraen la atención de los espectadores y ofrecen sus respetos. Todo el pueblo se sumerge entonces en un ambiente festivo y tiene la oportunidad de ver los hermosos trajes tradicionales que han pasado de generación en generación. Colores y manjaresLa Cabalgata del Rey es una auténtica fiesta de carnaval, en la que podrá experimentar el color y la vitalidad de la Eslovaquia. Los principales desfiles y festivales suelen celebrarse los domingos, pero la ciudad bulle todo el fin de semana con las alegres notas del cimbalom (un instrumento musical tradicional popular en Europa Central y Oriental, similar al yangqin) y los instrumentos de metal, y las especialidades gastronómicas seguro que satisfacen su paladar. No se pierda los pasteles festivos, que, si es mayor de edad, puede acompañar con un slivovice de aguardiente de ciruela privado o una copa de vino de una bodega local. Y por último, puede comprar algunos recuerdos en el mercado de artesanía para llevárselos a casa.