En el siglo XVII, esta familia poseía el territorio más extenso del reino checo, incluidos decenas de castillos y ciudades. Sin embargo, el emperador confiscó la propiedad a la última heredera, quien apoyó a la nobleza checa en su revuelta de 1620. Poco después, el emperador confiscó también el castillo a Adam Erdman Trčka, quien, al ser el cuñado y albacea de Albrecht, fue asesinado junto con este en 1634 en Cheb durante la masacre del denominado complot de Wallenstein.

¿Por qué hay que visitarlo?

En 1634, el general italiano Ottavio Piccolomini adquirió, con tan solo 35 años, el castillo y su amplio terreno como regalo del emperador por haberle ayudado a deshacerse de Albrecht von Wallenstein. No obstante, ya tenía una experiencia más que suficiente en la Guerra de los Treinta Años, por lo que no fue ninguna sorpresa que sus primeras medidas para su nueva residencia conllevaran la modernización de la fortificación. El castillo adquirió básicamente su aspecto actual tras 150 años en manos de la familia Piccolomini, a lo largo de los periodos barroco y rococó.