El punto dominante del bonito pueblo con una multitud de construcciones de madera es el monumental complejo barroco al otro lado del río que antiguamente pertenecía a los lugares de balneario más importantes en los Países Checos. A finales del siglo XVII, el conde Špork, tras el descubrimiento de la fuentes curativas, decidió construir aquí un sanatorio cuya vida cultural gracias a los bailes de lujo, teatros y cacerías se hizo famosa. Y aunque la fama ya se ha ido, aún le va a sorprender el esplendor y la belleza del barroco en su forma más pura.
La farmacia llena de tesoros
La parte más importante de Kuks es sin duda su monumental hospital con la Iglesia de la Santísima Trinidad de piedra y misteriosa cripta. En el interior podrá ver la exposición dedicada a la vida de su fundador y también la medicina, ya que hasta hoy en día es sede del Museo Farmacéutico Checo. En ningún caso pase por alto la visita de la farmacia barroca local, la segunda más antigua de Europa. Sin embargo, si espera sólo medicinas corrientes, estará sorprendido: algunos botes de farmacia contienen pociones como sangre de dragón, polvo de la cabeza de un ahorcado o hígado de lobo. Si le gusta el cristal y el arte moderno, visite la exposición de uno de los escultores checos más famosos en la actualidad: Bořek Šípek.
Un paseo desde el Amor hasta la Vagancia
Frente al edificio del hospital le llamarán la atención las estatuas monumentales de las doce Virtudes y Vicios humanos. Su autor es el genial escultor Matyáš Bernard Braun. Aquí encontrará la representación de la Fe, el Amor, la Esperanza, la Sabiduría y la Justicia, o también, el Orgullo, la Avaricia, la Envidia, la Cólera, la Vagancia y el Desespero.
Una rareza mundial en medio de un bosque
Dando un agradable paseo, puede llegar hasta una rareza mundial que se encuentra en el bosque cercano a Kuks. Justamente aquí encontrará el singular conjunto de esculturas barrocas talladas directamente en una roca y que evoca un Belén que fue creado para que existiera un lugar donde reflexionar y rezar en medio de una «naturaleza inhospitalaria». Fíjese sobre todo en los relieves de la Adoración de los Pastores y la Llegada de los Reyes Magos o también el precioso Pozo de Jacobo.