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Chequia musical: ópera internacionales y también hits inmortales
Principales iconos checos
El divino bohemio, el compositor Josef Mysliveček
En su época fue una verdadera superestrella que puso a Praga en el mapa musical de Europa. Descubre a Josef Mysliveček. Durante un tiempo fue el compositor de ópera más buscado de Italia y al que el famoso Mozart consideraba su mentor. Hijo de un rico molinero praguense, vivió una carrera vertiginosa, pero acabó sus días sumido en la pobreza y el olvido.

La superestrella de Chequia que conquistó Italia

El conquistador musical de Italia, apodado «Il divino Boemo» (es decir, el Divino bohemio), pero también el amante de la vida social agitada, que se convirtió en uno de los compositores checos más importantes del siglo XVIII.


 
Las óperas de Mysliveček, llenas de alegría y emociones fuertes, se interpretaron con motivo de los cumpleaños reales y en ellas participaron las principales estrellas del canto. En la época en la que Wolfgang Amadeus Mozart intentaba instalarse en Italia, Josef Mysliveček fue su amigo y mentor. Se dice que el joven Mozart se inspiró en sus composiciones. 



Hijo de un rico molinero nació en Praga en 1737 en el complejo del actual Sovovy mlýny, donde tiene su sede el Museo Kampa. Al contrario de lo que esperaba su familia, no se hizo cargo del molino familiar, sino que se fue a perseguir su sueño a Italia, que era el centro mundial de la ópera en la segunda mitad del siglo XVIII.

Un rostro desfigurado



Se dice que la exitosa representación de la ópera Bellerofontés, a la que asistió el rey Fernando IV de Nápoles y en la que representó un papel importante la soprano Caterina Gabrielli, según las malas lenguas, amante de Mysliveček, representó un punto de inflexión en la vida de Mysliveček.
 
Después de su éxito en Nápoles, la fama de Giuseppe Mysliveček, como le llamaban los italianos, se extendió por toda Italia. Mysliveček alcanzó la cima creativa y social. Se compró un palacio en Roma, contrató sirvientes y organizó fiestas.


 
Pero la suerte es muy voluble. Mysliveček, que probablemente había contraído sífilis, resultó herido en un accidente de carruaje y las heridas del rostro se le infectaron. Pasó todo un año en el hospital, donde lo visitaba incluso Mozart. Pero hasta el fin de sus días fue incapaz de aceptar la deformidad de su rostro. Murió en 1781 en Roma en la más absoluta pobreza y en el olvido. Tenía 43 años.

Tras los pasos de Mysliveček

En Praga a Mysliveček lo recuerda una placa conmemorativa en el edificio número 200 al lado del Museo de la música checa en Novotného lávka «la pasarela de Novotný» al lado del río Moldava. Destaca también el busto de piedra con una placa conmemorativa en la calle Melantrichova, en dirección a la Plaza de la Ciudad Vieja, donde también vivió el compositor.


 
La iglesia de San Gil con el monasterio dominicano al lado también jugó un papel muy importante en la vida del pequeño hijo del molinero. Fue allí, en la llamada escuela normal, donde por primera vez descubrió la música, que se convertiría en su pasión de por vida.

Una película en Netflix

Su vida también se narra en una película histórica que es una coproducción italiana y que se compara con la oscarizada película Amadeus del director Miloš Forman, autor de la película estadounidense de culto, Alguien voló sobre el nido del cuco. Puedes verla en Netflix. ¡Y como no podría ser de otra forma se titula, El divino bohemio!