La leyenda cuenta que el rey checo Přemysl Otakar II hizo construir el monasterio en el siglo XII como agradecimiento por la batalla victoriosa de Kressenbrunn. Hoy día puede admirar aquí la singular capilla gótica de los Ángeles de la Guarda, pasear por los espacios antiguos del gran convento, con un precioso pasillo con bóveda de crucería, y disponerse a contemplar en silencio dentro de la monumental iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la más grande de toda Bohemia del Sur. Pero en el monasterio verá mucho más. Durante uno de los circuitos guiados puede, p.ej., echar un vistazo a la vida cotidiana de los monjes en el siglo XVIII. Un verdadero tesoro es el piano de cola para conciertos de la renombrada empresa Carl Bechstein de Berlín, el único de este tipo en el mundo y fabricado originalmente por encargo del palacio del zar de San Petersburgo.