¿Por qué hay que visitarlo?
Se trata de un enorme castillo situado en el paisaje natural e inhóspito del borde más meridional de Bohemia, denominado como «la Canadá checa» debido a su duro clima. El castillo se encuentra entre los monumentos históricos románicos más relevantes de Europa Central. Se construyó en el siglo XIII para proteger una importante ruta comercial y la frontera entre las tierras checas y Austria. Aunque hoy día solo quedan unas ruinas monumentales, aún provocan una gran impresión en aquel que las visita con su arquitectura defensiva al desnudo.
Gracias a la extensa investigación arqueológica y las exhibiciones, es posible hacerse una idea de la lujosa vida de los habitantes del castillo en los siglos XIII y XIV. Estas personas pertenecían a la élite social de la época y llevaban una vida de derroches que se hacía más agradable todavía con los lujosos objetos, artefactos y comodidades disponibles en aquellos tiempos.