Cada año los peregrinos van a Jablonné v Podještědí, cerca de la ciudad de Liberec al norte de Bohemia para pedir a Zdislava, patrona de las familias, protectora del matrimonio y asistente de los enfermos, que interceda en su favor (que los sane o que sane a sus allegados, o que proteja a su familia) o agradecerle su ayuda. En el año 1907 Zdislava fue proclamada beata, y en el año 1995 con el papa Juan Pablo II se la santificó. Durante todo el día en la basílica menor de San Lorenzo y de Santa Zdislava se llevan a cabo los servicios religiosos.