Otoño en la cocina checa
El otoño es una estación que siempre abastece a la cocina en abundancia. La cocina checa no es una excepción. Los cereales y las legumbres ya están cosechadas, la fruta de otoño está madurando, las patatas están listas para ser arrancadas de la tierra, en las despensas hay calabazas, tubérculos y coles. Los gansos y patos han engordado y están a punto para el el horno, además no debemos olvidar la degustación del vino joven y las fiestas y banquetes de otoño, como por ejemplo San Martín, con tantos manjares sabrosos y bebidas.
Vamos a componer juntos un menú de otoño aprovechando varias de las interesantes recetas regionales checas que cuentan con excelentes productos de temporada.

La sopa abre el apetito. Así decían nuestras bisabuelas y hoy los nutricionistas les dan la razón. Las sopas sabrosas y espesas siempre han sido y seguirán siendo una base de la cocina checa, por lo que no pueden faltar en nuestra mesa de otoño. La zanahoria nunca faltaba en la despensa de todo hogar checo, es un ingrediente clave de muchas salsas y sopas. Sobre todo las sopas cremosas siempre han sido populares, la sopa cremosa de zanahoria de otoño se preparaba en las regiones donde faltaba la calabaza, sobre todo en regiones montañosas.

Sopa cremosa de zanahoria

Ingredientes para 4 raciones:
800 g de zanahoria
200 g de cebolla
50 cl de aceite
Sal, pimienta, chile o aproximadamente 0,5 cm de raíz de jengibre (opcional)
1,8 l de caldo vegetal
Cebollino o cebolla de verdeo
Preparación:
Pelar la zanahoria y cortarla en rodajas finas, cortar la cebolla en juliana, saltear todo en aceite hasta que la zanahoria quede caramelizada, echar sal y pimienta. Verter el caldo y continuar cociendo hasta que la zanahoria se ablande. Batir con batidora de mano y dejar hervir unos minutos. Sazonar. Si la sopa está quedando demasiado dulce, echar una pizca de chile o jengibre rallado. También se puede aderezar con nata o crema agria. Decorar las raciones de sopa con cebollino o cebolla de verdeo.



Las aves, o sea pollos, pavos, patos o gansos, se servían en especial en los banquetes, sobre todo en los días de la fiesta de San Martín. En ese momento alcanzaban el peso adecuado las aves que se habían comenzado a cebar en primavera, y se podían asar, como una recompensa deliciosa para el personal de servicio, quienes precisamente por San Martín se iban a otro trabajo o prolongaban los acuerdos en vigor. Nosotros también podríamos disfrutar en este tiempo de alguna recompensa, por ejemplo de este manjar especial de Bohemia del Oeste:

Pato asado con fruta, col de jengibre y «knedlík» de Karlovy Vary

Servir con una exquisita salsa de fruta, el delicioso knedlík de Karlovy Vary y col picante. La fruta puede ser variada, naturalmente, las peras o las ciruelas son excelentes.
 
Ingredientes:
1 pato de unos 2 kg
sal
comino entero
2 cucharadas de miel
2 manzanas
1 naranja
un puñado de pasas
Preparación: Echar sal y comino al pato, adobarlo en miel. Asar junto con toda la fruta pelada y cortada en octavos, con pasas, echando el jugo de la carne con un poco de agua hirviendo por arriba. Preparar salsita del jugo de la carne asada.

Col de jengibre
1/2 de col blanca
1 cebolla
Un pulgar de jengibre fresco
125 g de mantequilla
Vino blanco
1 manzana de tamaño medio
sal
Preparación: Cortar la col blanca o lombarda en juliana, la cebolla y el jengibre en cubitos. Saltear todo en mantequilla bien caliente, añadir el vino y guisar hasta que se ablande. Al final añadir la manzana rallada y echar sal.
 
Los exquisitos «knedlíky» de Karlovy Vary
1 kg de pan blanco
4 huevos
50 g mantequilla
250 - 300 ml de nata para cocinar
2 puñados de perejil rizado
Flor de moscatel
sal
mantequilla para untar
Preparación: Cortar el pan blanco en cubitos pequeños y poner a secar en el horno. Sacar del horno, agregar nata, mantequilla derretida, yemas, perejil rizado cortado, sal y flor de moscatel y mezclar bien todo. Al final añadir ligeramente la clara de huevo batida. Envolver en una lámina y cocer a vapor durante unos 15 – 20 minutos, según el tamaño.


 
Para la fiesta de San Martín es indispensable también el postre típico: los exquisitos pastelitos rellenos de mezcla de nueces o adormidera. Los pastelitos de San Martín son rápidos de preparar y, naturalmente, muy sabrosos no solo después de un almuerzo otoñal sino también para desayunar o acompañar un café.

Pastelitos de San Martín

Ingredientes:
450 g de harina fina
3 yemas de huevo
250 g de grasa (mantequilla, margarina o grasa de cerdo) 
100 g de azúcar en polvo
0,25 l 33% de nata
una pizca de sal
1 huevo entero para untar
mezcla de nueces o adormidera, de 200 g de nueces o adormidera
Preparación: Elaborar con todos los ingredientes una masa suave que no se pegue, envolverla en lámina y dejar reposar en el refrigerador durante 30 minutos. Luego dividir la masa en 6 partes. De cada una de las partes hacer un círculo y dividirlo en 8 partes: triángulos. Colocar un poco de mezcla en el extremo más ancho, envolver, moldear en forma de medialuna y colocar sobre la bandeja con papel de horno. Untar huevo y hornear  durante unos 15 minutos a 180°C.


 
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¡Degusta Chequia!