¿Estás pensando cambiar en la primavera tu alimentación? Inspírate en la época medieval checa.
Lucio con relleno de almendras, carne de caza, vino o pan pertenecían entre las comidas más preferidas del rey y emperador Carlos IV. La Republica Checo lo recuerda este año más intensivamente. Carlos IV mejoro las tierras checas, a Praga convirtió en la capital del Sacro Imperio Romano y se promovió en el desarrollo de la educación, balnearios o vinicultura. Por eso mismo lo llaman los checos padre de la patria y por eso mismo está el año 2016 importante – desde nacimiento del rey Carlos IV pasan en mayo 700 años. En la República Checa se dedican a Carlos muchas exposiciones, cuales se orientan a la estrategia bien pensada de su gobierno, pero también a los aspectos de su vida cotidiana… ¿Sabes, que estaba en la mesa real en la época medieval?

Carne de caza preferida

A Carlos IV le gustó la carne de caza – tanto en el plato, como en el bosque. Aparte de lo saboreaba codornices, ciervos, conejos o carne de cerdo ahumada, también le gustó la caza. Por ejemplo en los bosques de Beroun, donde queda su amado castillo Karlštejn.

Según la leyenda en la caza descubrió también Carlos IV las fuentes hirvientes en los bosques cerca del castillo Loket. Con su grupo seguía al siervo, que se le escapó así, que salto desde la roca. Y Así vio el Carlos IV, que en el pie de la montaña hay agua hirviente. En su propio cuerpo probó, que tiene efectos curativos y así fundó la ciudad balnearia mundialmente conocida Karlovy Vary. La ciudad agradece por su existencia a Carlos IV y a su pasión a la caza y a la carne de caza en general.

La carne de caza era también una comida importante en el punto de vista simbólico – no podría faltar en las mesas de los nobles, porque era un símbolo de la riqueza. Una mesa pobre no entraba en consideración desde el punto de vista del hombre del estado.

Condimentos

A Carlos IV le gustaron comidas condimentadas. Las comidas aromáticas y sabores fuertes eran símbolos de la cocina de los aristócratas y en general un atributo típico de la gastronomía medieval. Entre los condimentos pertenecían también nueces y frutas. En los castillos y palacios se condimentaba con jengibre blanco o con canela, los súbditos añadían a la comida semilla de mostaza o azafrán.

Los condimentos tenían muchas funciones en la cocina medieval, aparte de sabor, añadía el color a la comida, lo arreglaba así, que fue más amistoso con los jugos humanos de digestión y en el apetito de los visitantes indicaba, como mucho bien va al hogar.

Pan

El pan era en la época medieval una parte importante y cotidiana de la vida de los súbitos, de la nobleza y del emperador. Carlos IV como un cristiano creyente comía pan blanco. Además como rey se permitía panes de las dimensiones especiales, cuales caían bien a la mano. Sus súbitos cortaban panes más grandes.

Una debilidad grande del rey Carlos fue la mantequilla. Ese hizo falta, así mismo como a la mayoría de los productos lácteos, porque los animales agrarios morían a menudo durante diferentes epidemias. Según dicen, rey Carlos en sus estancias en Karlštejn o en Praha disfrutaba del pan, donde había mantequilla en grosor de un dedo.

Ayuno y pescados

Carne y mantequilla eran las comidas unidas con gula, con el físico y entonces con los pecados. Carlos IV como un buen cristiano ayunaba a menudo y una vez eso le salvó la vida. Un asesino mercenario le como a un príncipe joven envenenó en Paris su desayuno. Carlos IV se salvó del atentado, porque ayunaba antes de la misa. Muchos cortesanos han muerto y el príncipe joven se imaginó, que le protege la fuerza mayor.

En la época medieval podría la gente comer pescados. Esos también le gustaron a Carlos IV. Cerca de Karlštejn dejó hacer una tina grande, donde criaban pescados. En el plato más le gustó a Carlos lucio con relleno de almendras.

Cocina internacional

El amor pasa por el estómago – este dicho en el caso de Carlos IV vale un poco diferente como en la vida común. El gobernador tenía cuatro esposas, cada una era de otra parte de Europa y así llegaban a su mesa las delicias de Luxemburgo, Francia o Alemania.

Además desde la época de su juventud tenía su propia experiencia internacional – vivía en Francia y en Italia. Del primer país trajo a Chequia la vid y así dio las bases de vinicultura checa y del segundo país trajo el amor a dulce.