Vete a tomar un café a la única cafetería cubista del planeta. Echa un vistazo al reloj astronómico en un edificio construido en concepto checo único en el mundo del Art Decó. Y forma tu propia opinión sobre los controvertidos estilo arquitectónicos de la época comunista, cuando aquí imperaba el barroco de Stalin y la Arquitectura brutalista de hormigón. ¡Déjate sorprender por la singularidad de la arquitectura praguense!
La Praga modernista
Líneas y curvas elegantes que recuerdan el humo flotando, motivos naturales, ornamentos voluptuosos, elegancia. Es el fascinante estilo modernista, que dominaba la arquitectura praguense a principios del siglo XX.
La Praga cubista y rondocubista
El cubismo supuso toda una revolución para el mundo del arte antes de la Primera Guerra Mundial. Cuando este vanguardista estilo de preguerra llegó de París a Praga, se produjo una conexión única, sin parangón en todo el mundo: cubismo y arquitectura.
Igual de singular fue el rondocubismo, estilo arquitectónico surgido a partir del cubismo, conocido también como Art Decó checo.
La Praga funcionalista
Después de la Primera Guerra Mundial surgió un nuevo estilo caracterizado por tejados planos, líneas limpias e interiores luminosos: el funcionalismo. Este estilo, en el que la funcionalidad y el arte van de la mano, encontró en Praga una amplia aplicación en edificios de todo tipo y tamaño. ¡En el período de entre guerras la arquitectura checoslovaca formo parte de la élite mundial!
Las obras controvertidas de Praga: el brutalismo y el realismo socialista
Durante los años cincuenta el régimen comunista no solo puso patas arriba la escena política, sino que también influyó radicalmente en el arte y la arquitectura. De la Unión Soviética nos llegó también el realismo socialista, conocido también como Arquitectura estalinista. En Praga puedes encontrar todo un barrio construido en este estilo. No dejes de admirar el hotel International, copia reducida de los rascacielos moscovitas.
Pero Moscú no fue la única fuente de inspiración de la dictadura comunista. En los años sesenta las fronteras se abrieron un poco y los jóvenes arquitectos se inspiraron en el estilo occidental de moda por aquel entonces, el brutalismo, típicas construcciones macizas de hormigón, vidrio y acero que despertaban admiración.
