Disfruta de tu estancia en Praga en el hotel que respeta el medio ambiente.
Este hotel de tres estrellas se encuentra en el centro del claustro de Břevnov (calle Markétská 1/28, 169 00 Praha 6) que es el claustro en función más antiguo del país. Fue fundado en 1140 por el príncipe Vladislao II para la Orden de los Premonstratenses. El claustro pasó a lo largo de su historia por las etapas de auge y de decadencia. El actual aspecto barroco de la basílica y de los demás edificios del claustro son del principio del Siglo XVIII.
El hotel Adalbert que lleva el nombre de uno de los personajes más importantes del claustro de Břevnov fue abierto en 2003 tras una larga reconstrucción del claustro. Y tan solo tres años más tarde se convirtió en el primer hotel ecológico de la República Checa llevando la eco etiqueta de la Unión Europea The Flower. Esta etiqueta señala la actitud responsable a nivel de los servicios hoteleros hacia el medio ambiente.
El hotel de 23 habitaciones se halla en la parte más verde de la ciudad dorada. Muy recomendables son los paseos matinales por el jardín del claustro. Desde el hotel es fácil de llegar al centro histórico o al aeropuerto gracias a la buena conexión del transporte público.
El restaurante antiguo Klášterní šenk que está a pocos metros del hotel. Pertenece a uno de los restaurantes praguenses más frecuentados supuestamente por sus famosos platos de la cocina checa y por su riquísima cerveza.
El hotel Adalbert que lleva el nombre de uno de los personajes más importantes del claustro de Břevnov fue abierto en 2003 tras una larga reconstrucción del claustro. Y tan solo tres años más tarde se convirtió en el primer hotel ecológico de la República Checa llevando la eco etiqueta de la Unión Europea The Flower. Esta etiqueta señala la actitud responsable a nivel de los servicios hoteleros hacia el medio ambiente.
El hotel de 23 habitaciones se halla en la parte más verde de la ciudad dorada. Muy recomendables son los paseos matinales por el jardín del claustro. Desde el hotel es fácil de llegar al centro histórico o al aeropuerto gracias a la buena conexión del transporte público.
El restaurante antiguo Klášterní šenk que está a pocos metros del hotel. Pertenece a uno de los restaurantes praguenses más frecuentados supuestamente por sus famosos platos de la cocina checa y por su riquísima cerveza.